Es posible que un entrevistador decida si un postulante es o no el elegido incluso antes de empezar la entrevista de trabajo. Esto se debe a que existen ciertos rasgos de la personalidad que se hacen evidentes en una primera impresión. Por ello, es importante trabajarlos bien para que no se vuelvan un obstáculo en el camino hacia obtener un empleo.
Entre estos rasgos, uno de los más importantes es la mirada. La forma cómo miras a tu interlocutor durante una entrevista es trascendental, ya que si lo saludas sin mirarlo a los ojos o si inicias la entrevista distraído, mirando hacia otro lugar, puedes ser descartado en pocos segundos.
En este sentido, la recomendación más importante es siempre mirar a los ojos de tu interlocutor. Solo de esa manera la conversación se desarrollará de manera fluida y con seriedad de parte de ambos.
Si sueles distraerte con facilidad, esfuérzate al máximo por no hacerlo. En ningún momento debes prestarle más atención a algún objeto o adorno que decore la oficina que a lo que te está diciendo el entrevistador.