En una entrevista de trabajo todo cuenta. No sólo lo que has hecho, tu currículum o tu experiencia. También importa la impresión que causas, las cualidades que desprendes, lo que ven los demás de tí. Por eso es importante cuidar tu apariencia, tu forma de moverte y tu forma de expresarte.
Un mismo hecho puede decirse de muchas formas. Unas te benefician, otras te perjudican. A continuación te presentamos una serie de consejos para que aprendas a sacarle el máximo provecho a tu forma de hablar y de expresarte.
- No digas "Creo que..." o "me parece..." Esto demuestra falta de confianza o excesiva timidez. Di mejor "Estoy seguro de que..." o "Estoy convencido de que..."
- No te quites méritos diciendo "Lo que hice no tiene importancia". Demuestra tu satisfacción por tu trabajo "Estoy satisfecho de lo que hice"
- Aunque tengas dudas, no las expreses. Evita decir "No sé si sirvo","Esto me asusta" o "Me viene grande" y piensa que "Lo positivo supera lo negativo". Transmite confianza diciendo "Estaré a la altura"
- No digas "Tengo fallos", ya que es obvio que nadie es perfecto, di mejor "Salvaré el obstaculo".
- De igual forma, no pienses "Hay otros mejores", o "No sé si me conviene". En su lugar, piensa que el empleo "Se adapta a mis capacidades o a mis intereses". "Podré hacerlo".
En el lenguaje, como en todo, la clave está en la confianza. Confía en tí y en tus posibilidades, siéntete orgulloso de lo que has hecho bien y no te centres en tus miedos o inseguridades. Transmite fiabilidad y seguridad.