Muchas personas suelen interpretar un papel durante las entrevistas de trabajo que a veces se aleja de cómo son realmente. Esto puede ser muy riesgoso, ya que si en algún momento se deja de proyectar esa imagen de naturalidad, el entrevistador pensará que todo es una gran mentira.
Durante una entrevista de trabajo es bueno saber cómo potenciar nuestras virtudes y cualidades, así como matizar nuestros defectos. Sin embargo, esto no significa que adoptemos un papel de alguien que realmente no somos.
Actuar con naturalidad debe ser uno de los mandatos más importantes para toda persona que acude a una entrevista de trabajo. Esta naturalidad le dará al entrevistador la certeza de que somos quien realmente aparentamos ser.
Esta imagen de naturalidad se sustenta en la confianza. Si actuamos siempre seguros de nosotros mismos, sin mostrarnos ingenuos ni prepotentes, el entrevistador notará que somos honestos. De lo contrario, si nuestra naturalidad se quiebra y se generan ambigüedades, probablemente seremos descartados con rapidez de cualquier proceso de selección.