El uso de las preguntas cerradas es de gran utilidad para el entrevistador. Su uso permite que la entrevista sea más puntual y se pueda conocer información de todo tipo acerca del postulante.
Su mayor utilidad es la de conocer información específica como cuántos años de experiencia tenemos o el grado de nuestro conocimiento técnico.
La mejor manera de afrontar este tipo de preguntas es revisando y asegurándonos de que no tenemos ninguna duda acerca de nuestra información o el contenido exacto de nuestro currículum.
Si la respuesta que vamos a dar requiere de un sí o un no, lo mejor es añadir más información relevante que la acompañe. De lo contrario, puede entenderse como una falta de iniciativa, asociarse a una escasa experiencia o creer que somos personas muy tímidas.