Por lo general, la entrevista de trabajo nos permite diferenciar tres etapas en su transcurso. El estar preparado para cada una de ellas, podría acercarnos a nuestro objetivo.
La entrevista puede ser similar a una novela, si nos referimos a su estructura. Se suele componer de un comienzo, un nudo y el desenlace.
El comienzo no suele ser fácil. Sin embargo, si dejamos de lado los nervios, la impaciencia, y estamos bien preparados, no tendremos ningún problema.
El nudo vendría a ser la entrevista en sí. Es, en definitiva, la parte más importante del proceso y, por tanto, requiere de nuestra preparación, puntualidad, buena presencia y educación.
El desenlace será dictado por el encargado de la selección. Es él quien determina el final, momento en el que informará al postulante sobre el siguiente paso.